Si le parece que esto no es suficiente, lave la placa con lavavajillas y una esponja que rasque.
El precalentamiento de la placa debe ser moderado: un calentamiento demasiado
fuerte no sirve para nada cuando se empieza a cocinar, dadas las propiedades espe-
ciales de la transmisión del calor en la fundición de aluminio. Además, hace que el
mantenimiento de la placa sea mucho más difícil.
La placa puede limpiarse con muñequillas para rascar, un cepillo metálico o las nuevas bolas
de acero inoxidable.
También puede dejar que la placa vaya adquiriendo una pátina natural a medida que se uti-
liza. En ese caso, sólo deberá utilizar líquido lavavajillas y una esponja para rascar.
El grill de piedras
Cuando haya acabado de cocinar, encienda de nuevo los quemadores de gas al máximo (o
bien deje la resistencia encendida si se trata del eléctrico) durante 5 minutos; toda la grasa
que ha caído sobre las piedras se convertirá en polvo y se depositará en "la bandeja de lim-
pieza".
Para evitar tener que limpiar el cajón, ponga una hoja de papel de aluminio con las dimen-
siones adecuadas antes de cocinar.
Una vez se ha enfriado el grill, saque la hoja y el cajón quedará impecable.
Si quedan en el grill restos de carne o pieles de pescado, frótelo en seco con una muñequilla
o un cepillo metálico.
Cada dos o tres meses, según la frecuencia de uso, le recomendamos dejar en remojo las pie-
dras toda una noche, con agua tibia y cristales de sosa, detergente o un producto especial para
lavavajillas, desengrasante muy potente.
Las placas de vitrocerámica y las placas de inducción
Existen productos que forman sobre las placas de vitrocerámica una película brillante que las
protege contra las manchas y contra los daños causados por el derrame de alimentos muy
dulces.
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