la electroestimulación
La electroestimulación es una técnica que, a través del empleo de impulsos eléctricos que actúan sobre los
puntos motores de los músculos, provoca una contracción muscular muy similar a aquella voluntaria. Los
músculos, como es sabido, se contraen a causa de impulsos procedentes del sistema nervioso y gracias a su
elasticidad retoman su normal longitud una vez que dejan de ser estimulados. Una fibra nerviosa motora antes
de entrar en el músculo se divide en varias ramas y acaba sobre la placa muscular motriz. La fibra nerviosa
motora y el conjunto de las fibras musculares por ésta enervadas, constituyen la unidad motora. Una fibra
muscular responde al estímulo eléctrico sólo cuando el valor de la intensidad de éste es mínimo o de umbral
(reobase), característico para cada fibra. La electroestimulación de los músculos enervados es indicada
principalmente como coadyuvante de la cinesioterapia en las atrofias, en la rehabilitación funcional después de
una larga inmovilización, en el efecto vasodilatador y en la reducción de la sensibilidad al dolor, en la estimulación
del tejido tratado con función anticelulitis (GIMNASIA PASIVA). En un tratamiento con el electroestimulador, es
importante: la disposición de los electrodos, el programa de estimulación, los tipos de ondas.
Electrodos
la posición de los electrodos es determinante y debe ofrecer parámetros precisos de estímulo en las zonas
requeridas ya que la conductibilidad de los tejidos corporales varía según la propia estructura, el componente
acuoso e iónico. Los electrodos tienen que estar perfectamente en contacto con la piel bien limpia y si es
necesario, depilada. De este modo se garantiza una correcta penetrabilidad y permeabilidad de la piel al estímulo
de acuerdo con el tipo de aplicación que se quiera efectuar. Para una mayor conductibilidad de los electrodos
se aconseja reemplazarlos cuando pierdan adhesión. Se pueden también lavar con agua corriente, o limpiar
con un paño húmedo (dejar que se sequen para volver a utilizarlos en otras aplicaciones). Es importante
recordar que con la electroestimulación la densidad de la corriente disminuye según la consistencia del tejido.
Se recomienda utilizar exclusivamente electrodos TESMED para evitar quemaduras a
causa del uso de electrodos de dimensiones y composición diferentes.
Relajación
la gran cantidad de actividades sincrónicas provocadas por el estímulo eléctrico son a menudo la causa de
la disminución del nivel de neuro transmisores, con el consiguiente cansancio del músculo. Científicamente
está comprobado lo siguiente: el estímulo tiende a provocar el agrupamiento de las neuronas motoras de
mayor diámetro (éstas tienen un umbral bajo) que a su vez excitan las fibras musculares más consistentes
y veloces (FIBRAS 2 o blancas): éstas se cansan más rápidamente, pero desenvuelven menos fuerza que las
FIBRAS 1 ó rojas. En conclusión, mientras más alta sea la frecuencia del estímulo, mayor cansancio
sentirá el músculo. Es importante ejecutar programas de relajación, se aconseja preguntar al entrenador
personal o al médico. Además los programas para el deporte de Tesmed ya tienen incorporada una fase de
relajación. Durante los tratamientos con el electroestimulador, el aumento de la intensidad debe ser
gradual. En aquellos casos en que ocurra una EXCESIVA contracción, es necesario reducir la intensidad.
De hecho, la estimulación no debe provocar tetanias musculares prolongadas (contracción continua). El
número de contracciones, la duración y la frecuencia de las sesiones no pueden establecerse con reglas
estándares, sino que se determinan poco a poco y según las condiciones del tejido a tratar. Normalmente
para las zonas afectadas por los antiestéticos de la CELULITIS, es necesario comenzar el tratamiento
regulando la intensidad hasta sentir un cosquilleo ligero que no debe llegar a provocar contracciones
excesivas ni sensaciones de calor desagradables en la zona tratada.
En resumen: los efectos vaso-motores y metabólicos causados por el paso de la corriente eléctrica
aumentan de manera notable la consistencia y la calidad del tejido. El grado optimal de la estimulación
está en la percepción del pasaje de la corriente en todo el tejido tratado; debe provocar la contracción
de los músculos en modo ligero inicialmente y bajo forma de cosquilleo sin llegar nunca a ser
demasiado intensa. Así se alcanzan dos grandes ventajas:
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