Introducción
Mio-Sonic es el instrumento ideal para quien desea tener en un
único e innovador equipo las potencialidades y los beneficios del
tratamiento con ultrasonidos.
El sonido se produce por la vibración de un cuerpo cuya oscilación
se propaga en el aire, con cierta frecuencia, es percibida por el oído.
El número de oscilaciones (variaciones de presión) por segundo se
llama frecuencia del sonido, medida en ciclos por segundo, o
hertzios (Hz). El rango auditivo humano es de 20 Hz a 20.000 Hz La
longitud de onda es la distancia recorrida por la onda sonora en un
período completo de oscilación.
Los ultrasonidos son ondas mecánicas sonoras, cuyas frecuencias
son superiores a la media audibles por el oído humano. Durante
años las ondas mecánicas de ultrasonido, especialmente generados
por materiales piezoeléctricos se utilizan en diversos sectores
industriales. El estudio de la propagación de ondas ultrasónicas en
el ser humano, ha permitido construir equipos médicos de eco-
diagnóstico
desde
hace
tiempo
utilizadas
en
ginecología,
gastroenterología, angiología y cardiología, los que, explotan el eco
de vuelta consiguiente de un haz ultrasónico que se propaga dentro
del cuerpo humano y es ralentizado de manera diversa por
estructuras anatómicas atravesadas . Pero la investigación también
ha puesto en evidencia que justo a causa de la diferente impedancia
acústica de los distintos tejidos, esto viene a determinar muchos
efectos biológicos, entre los cuales, el primero y quizás más
conocido, es el efecto Térmico que ha determinado el uso de los
ultrasonidos con función analgésica en ortopedía, fisiatría y
medicina del deporte, y en campo estético para el tratamiento de las
adiposidades localizadas y la celulitis.
¿ Como generan las ondas ultrasónicas
calor? Penetrando en los tejidos biológicos,
las ondas pierden energía, cediéndola al
sistema que atraviesan. La energía cedida
se convierte en calor con un aumento
significativo de la temperatura local en
particular en la interfase entre los tejidos
con impedancia acústica diferente (por ejemplo, huesos o tejidos
blandos), y el aumento de la microcirculación. Parte de este
aumento de calor se disipa gracias al flujo de la sangre.
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MNPG63 Rev. 00 del 24/02/11