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El mantenimiento preventivo es el mejor método de asegurar un funcionamiento óptimo.
Se debe llevar a cabo una inspección general a intervalos regulares.
Lave periódicamente todas las partes de piel que no se limpian normalmente con agua tibia y
jabón o con un paño específico para maniquíes.
La mayoría de las manchas se pueden eliminar con agua tibia y jabón o con un paño específico
para maniquíes de Laerdal. Antes de utilizarlos, pruebe los productos de limpieza en una zona
que no sea crítica (p. ej., debajo de la cubierta del tórax).
Nota
Es posible que los pigmentos de pintalabios y bolígrafos no se puedan eliminar. No utilice
guantes de plástico de colores mientras manipule el maniquí; podría decolorarse en
las zonas en las que lo haya tocado.
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Limpieza