3. Regulación de las energías de
estimulación
Cuando estimulamos un músculo, el
número de fibras que trabajan depende
de la energía de estimulación. Para los
programas que imponen contracciones
musculares
(contracciones
es indispensable utilizar energías de
estimulación máximas (hasta 999) siempre
respetando el límite de lo que puede
soportar para trabajar el mayor número de
fibras posibles.
4. Progresividad en los niveles
Generalmente, no se recomienda ir
pasando rápidamente los niveles y querer
llegar lo más rápidamente posible al
nivel 3. De hecho, los distintos niveles se
corresponden con una progresión en el
entrenamiento.
Lo más sencillo y habitual es empezar por
el nivel 1 y subirlo cuando se pasa a un
nuevo ciclo de estimulación.
Al final de un ciclo, puede comenzar
uno nuevo con el nivel inmediatamente
superior, o bien realizar un mantenimiento
de 1 sesión por semana con el último nivel
utilizado.
5. Alternancia de sesiones de
estimulación
y
voluntarios
Las sesiones de estimulación pueden
realizarse fuera o durante el entrenamiento
voluntario.
Cuando se efectúa un entrenamiento
voluntario y una estimulación durante una
misma sesión, se recomienda, por lo general,
realizar en primer lugar el entrenamiento
voluntario y, después, la estimulación. De
esta manera, el ejercicio voluntario no se
realiza con las fibras musculares ya cansadas.
Esto es especialmente importante para
los entrenamientos de fuerza y de fuerza
explosiva.
No obstante, en los entrenamientos de
fuerza resistencia, puede ser de gran
interés proceder de forma inversa. Antes
tetánicas),
entrenamientos
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del entrenamiento voluntario, se efectúa,
gracias al programa de fuerza resistencia, una
"prefatiga específica" de las fibras musculares
sin fatiga general ni cardiovascular. De
este modo, el esfuerzo voluntario sobre
las fibras "preparadas" permitirá mejorar el
metabolismo glicolítico.