EL CAMPO MAGNÉTICO
Un campo magnético se manifiesta por la existencia de una fuerza que afecta a determinados
materiales de su entorno y que actúa sobre las cargas eléctricas en movimiento. La potencia de
esta fuerza
disminuye en función de la distancia que separe al emisor del campo magnético de su punto de
acción. La imantación es una magnitud vectorial que caracteriza a escala microscópica el compor-
tamiento magnético de una muestra de material. Esta se mide en amperios por metro (A/m) o en
teslas (T). El ferromagnetismo designa la capacidad de ciertas muestras de material para imantarse
bajo el efecto de un campo magnético exterior y conservar una parte de esta imantación.
A escala microscópica, se puede describir un material ferromagnético como un conjunto de domi-
nios magnéticos (Dominio de Weiss) independientes.
Cuando los momentos magnéticos de los dominios no están alineados, la energía magnetoestática
total del material se ve minimizada: el material no está imantado.
Para desimantar, se aplica un campo de excitación magnética amortiguado para que ciertos do-
minios giren más que otros en función de la fuerza de excitación que los atraviesa. De este modo,
se consigue un estado de desorden magnético equivalente al estado de un material no imantado.
En nuestra vida cotidiana existen de forma omnipresente campos magnéticos relativamente inten-
sos. Es evidente que los relojes mecánicos se ven influidos por dichos campos magnéticos y sufren
variaciones en el funcionamiento que pueden llegar a ser importantes y, en consecuencia, afectar
a la precisión de marcha. Cabe destacar que el campo magnético terrestre varía entre 25 y 65 µT
en función de la posición geográfica.
Los elementos más significativos de la vida cotidiana que pueden afectar al buen funcionamiento
de un reloj mecánico por el efecto del magnetismo son los ordenadores, teléfonos móviles, televi-
sores, neveras, etc. Por ejemplo, se calculan flujos magnéticos (a 10 cm de la fuente) de 60 µT para
un cepillo de dientes eléctrico, de 75 µT para un teléfono móvil o de 110 µT para un ordenador.
No olvide que las herramientas utilizadas en relojería a menudo presentan una carga magnética
susceptible de interferir en el buen funcionamiento del reloj.
La distancia a la que se coloca el reloj con respecto al elemento magnetizante desempeña una
importante función. Pese a que los
fabricantes de relojes equipan regularmente sus cajas con materiales protectores u optan por
componentes amagnéticos, los
problemas de marcha debidos al magnetismo siguen siendo muy comunes.
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