No utilice nunca el aparato si el temporizador o una de las hojas acrílicas están dañados.
Mantenga el aparato fuera del alcance de los niños.
No supere el tiempo de exposición recomendado ni el número máximo de horas de
bronceado (véase el capítulo 'Sesiones de bronceado: frecuencia y duración').
No broncee una misma parte del cuerpo más de una vez al día. Evite la exposición excesiva a
la luz solar natural durante el mismo día.
No utilice el aparato si tiene alguna enfermedad y/o si toma medicación o utiliza cosméticos
que puedan aumentar la sensibilidad de la piel.Tenga cuidado especialmente si es
hipersensible a los rayos UV. En caso de duda, consulte a su médico.
Consulte a su médico si aparecieran bultos o llagas persistentes en la piel o si se produjeran
cambios en lunares pigmentados.
No deben utilizar el aparato las personas que al tomar el sol se queman pero no se
broncean, las que sufren quemaduras del sol, los niños o aquellas personas que padecen (o
han padecido) cáncer de piel o están predispuestas a padecerlo.
Durante la sesión de bronceado, utilice siempre las gafas protectoras que se proporcionan
junto con el aparato para proteger los ojos de una sobreexposición (véase también el
capítulo 'El bronceado y la salud')
Antes de una sesión de bronceado, quítese las cremas, el lápiz de labios y otros cosméticos.
No utilice filtros solares ni aceleradores del bronceado.
Si nota la piel tirante después de una sesión de bronceado, puede aplicarse una crema
hidratante.
Los colores pueden perder intensidad con la luz del sol. Puede ocurrir lo mismo al utilizar
este aparato.
No esperen que el Solarium produzca mejores resultados que el sol natural.
Si el cable de red estuviera dañado, debe sustituirlo siempre Philips o un centro de servicio
autorizado por Philips para evitar situaciones peligrosas.
El bronceado y la salud
El sol, los rayos UV y el bronceado
El sol
El sol proporciona varios tipos de energía. La luz visible nos permite ver, la luz ultravioleta (UV) nos
broncea, y la luz infrarroja (IR) de los rayos solares nos proporciona calor.
Los UV y su salud
Al igual que ocurre con la luz solar natural, el proceso de bronceado lleva su tiempo. Los primeros
efectos sólo serán visibles tras unas pocas sesiones (véase el capítulo: 'Sesiones de bronceado:
frecuencia y duración')
La exposición excesiva a los rayos ultravioleta (ya sean de luz solar natural o de luz artificial del
solarium) puede provocar quemaduras.
Además de otros factores, como la exposición prolongada a la luz solar, el uso excesivo e incorrecto
de este aparato puede aumentar el riesgo de padecer enfermedades de la piel y de los ojos. La
medida en que esto pueda ocurrir viene determinada, por un lado, por la naturaleza, intensidad y
duración de la radiación y, por otro, por la sensibilidad de la persona.
Cuanto más tiempo estén los ojos y la piel expuestos a los rayos UV, mayor será el riesgo de
padecer queratitis, conjuntivitis, cataratas, envejecimiento prematuro de la piel, de dañar la retina o
de desarrollar tumores cutáneos. Algunos medicamentos y cosméticos aumentan la sensibilidad de
la piel.
ESPAÑOL
29